5/2/10

Un beso de Sofonia (fragmento del final)


Ahí fue donde se me ocurrió una muy buena idea para terminar con los gritos de mi madre: tomé el control de la tele, lo apreté fuerte mientras me mordía el labio de abajo, apunté en dirección a mamá y mi dedo gordo presionó desesperadamente el botón para bajar el volumen de su voz. Nada pasó. Ella siguió con sus gritos y manoteos. Probé otro botón, el de cambio de canal, y así tal vez mi madre sería otra, alguien más amable; y así tal vez mi vida sería otra, una con menos villanos y sin tanta violencia; pero ella siguió siendo la misma y yo seguí siendo el mismo panzón idiota.

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