14/1/09

Presentación de mi libro


La batalla de las luciérnagas
cobra vida en Tepeapulco



El ganador del concurso estatal de cuento Ricardo Garibay del 2007, Diego Castillo Quintero, se presentó, junto con el colectivo teatral Punto de Fuga, para hacer una lectura dramatizada de sus textos



Vendo el espacio que algún día habría yo de ocupar
en la Rotonda de los Hombres Ilustres




Tepeapulco. Pareciera que a Tepeapulco todo le ocurre en el exconvento. Guarda coherencia. El esplendor de los años hispánicos regresa convertido en expresiones artísticas. Como regresó quien durante el año pasado le dio a este lugar su primer premio literario: Diego Castillo Quintero.
“La batalla de las luciérnagas” es el libro de cuentos que en 2007 ganó la segunda edición del concurso estatal de cuento Ricardo Garibay y que este fin de semana se presentó en el pueblo natal del escritor hidalguense, quien dijo ver sus historias de manera distinta en el lugar donde comenzaron a forjarse, “ahora que lo presento en Tepeapulco me gusta mucho más, porque aquí cobra realmente sentido, porque aquí se hizo. La mayor parte de las historias fueron escritas, pensadas o inspiradas aquí, incluso algunos de los cuentos se desarrollan completamente en este lugar y me la paso mencionándolo a lo largo del libro”.
Como una mezcla de un poco de talento, influencias y mafias definió la escritora Griselda Lira la clave más sencilla para llegar al éxito literario, sin embargo, aclaró que Castillo Quintero es ejemplo justamente de lo contrario, “Diego es la representación de los escritores que no están ‘amafiados’. Se ha formado a sí mismo”.
Lira explicó que la escritura requiere de intelectualidad, largas horas de lecturas variadas pero, sobre todo, técnica. Elementos todos, aseguró, posee Castillo, “son textos limpios, muy Diego, posee naturalidad para plasmar las imágenes. Es una prosa poética muy suave”.
Como siempre, Diego habló lo menos posible pero por él, también como siempre, hablaron sus textos, dueños de la frescura y la transparencia que permiten al lector correr por las calles de Tepeapulco tras un joven sin futuro que, finalmente, luego de mucho esfuerzo al fin tiene una reputación con la que enfrentar el mundo. Tal como lo describe con exactitud Castillo Quintero en “San Nadie”.
Sus compañeros y amigos del colectivo teatral Punto de Fuga hicieron lecturas dramatizadas de algunos de los cuentos de Diego. Mario Sánchez, con música en vivo de Edmundo Bravo, escenificó “El juego de la muerte”, mientras que Fernando Axkaná Medina hizo lo propio con “Tu alma en el colchón”, al que le hizo una adaptación musical interesante.
Miguel Ángel Castillo Quintero dramatizó “Un dios solitario”, cuento en el que el autor hace una severa revisión sobre el accionar de la humanidad y sus consecuencias, desde la perspectiva del dios que se quedó observando en lo que terminó su gran obra, “a mis desilusiones las sigo llevando en el hombro porque no hay donde dejarlas”.
Finalmente, David Ortega hizo la dramatización de “El final de los tiempos” en un ejercicio espontáneo que surgió poco antes de la presentación y que resultó en la exacta interpretación de ese breve cuento de Castillo, “Fue el final de los tiempos. Tú justo te habías ido”.
Ver cómo la gente que lo vio caminar y crecer por las calles de su pueblo ahora escucha sus historias y observa su crecimiento literario, para Diego es un gran logro, “a mí me fascina que las personas que ya me conocían vayan descubriendo qué es lo que he podido hacer y que escuchando mis cuentos se maravillen, eso me deja una gran satisfacción, me hace sentir realmente de Tepeapulco y bien querido”.
Y asegura que en realidad éste no fue un regreso a su pueblo, porque nunca se ha ido de él, “en realidad yo nunca me fui, cuando estoy en cualquier parte siempre digo que soy de Tepeapulco y estoy muy orgulloso de eso”.
(Rosana Peralta/Síntesis)

6/1/09

La mirada del tlacuache



Exposición pictórica de Edmundo E. Bravo


La mirada del tlacuache, en el
Exconvento de Tepeapulco


La muestra intenta interpretar los aspectos más importantes de un pueblo, de su gente, la música, los monumentos y las fiestas locales


Tepeapulco. Fue inaugurada la muestra pictórica La mirada del tlacuache en el Exconvento de San Francisco de Asís, con obras del artista Edmundo E. Bravo, que presenta una docena de creaciones que intentan interpretar los aspectos más importantes de un pueblo, de su gente, de la música, de los monumentos y las fiestas locales, además de tocar el tema de las mujeres como símbolo de la fertilidad y la fuente de inspiración que es para el autor.
Sobre algunas de sus creaciones, Edmundo Bravo manifestó que
“Masa de hombres” se refiere al trabajo rudo de un pueblo, el trabajo en conjunto; “Llorona” está basada en la leyenda de los Lavaderos de Tepeapulco, una obra muy acuática; “Don Mele” retrata a un personaje taciturno de presencia notable en al vida de la localidad; “Los ojos del tlacuache” aborda lo que fuera un miedo de la infancia, que se vuelve una realidad. “Cuando tenía pocos años de edad me asustaban con una criatura: ‘niño, no te metas ahí porque te va a salir el tlacuache’, me decían”.
Edmundo Bravo nació en Ciudad Sahagún, Hidalgo, el 23 de septiembre de 1979. Desde el año 2000 descubre la pintura como medio de expresión utilizando distintas técnicas como el acrílico, el óleo y el pastel de manera autodidacta. Su obra ha sido exhibida principalmente en el Instituto de Artes Visuales de Puebla, en la galería Artejoven de la Ciudad de México, así como en otros eventos regionales.
Al plasmar sus trabajos se ve claramente influenciado por el impresionismo del siglo pasado de los maestros Toulouse-Lautrec, Cézanne, Degas y Van Gogh, sin embargo, sus trazos muestran básicamente corrientes expresionistas que en algunos casos rozan con el abstraccionismo moderno. Entre sus
proyectos para este año se encuentra también la exposición “Musas”, misma que será llevada a la ciudad de Monterrey en el mes de marzo.
La presentación fue hecha en el marco de la expoferia agrícola, ganadera y del pulque Tepeapulco 2009. El corte del listón contó con la presencia de Miguel Ángel Monroy, director de la Casa de la Cultura; Erick Vargas Castillo, dedicado al fomento de las actividades culturales del lugar; representantes de la comunidad artística, miembros del ayuntamiento y público en general.
Monroy habló sobre la importancia de impulsar y apoyar a los jóvenes artistas de Hidalgo, principalmente de Tepeapulco, pues el ramo ha sido descuidado por los gobiernos.
La muestra permanecerá abierta los días viernes 9, sábado 10 y domingo 11 de enero, con un horario de 10:00 a 18:00 horas en el atrio del exconvento. Todos los cuadros se encuentran a la venta.
(Diego Castillo Quintero/Síntesis)


*Nota publicada en el periódico Síntesis, el día 7 de enero de 2009. El joven Edmundo es un buen amigo.